El Ayuntamiento afronta el ecuador del plan de poda iniciado en noviembre con el que se atenderán 5.500 ejemplares en un año complejo climatológicamente marcado por la sequía y por los episodios adversos.
La concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad, María del Carmen Angulo, destaca que este año los trabajos se han intensificado “debido a que el periodo de parada vegetativa se ha visto reducido por las altas temperaturas registradas a comienzos del otoño, lo que está llevando a realizar las mismas tareas pero en un periodo de tiempo más corto; “el cambio climático ha reducido en dos meses el tiempo de poda”, detalla. Este trabajo se realiza a través de la empresa concesionaria del servicio, FCC.
La edil señala que el trabajo realizado se ha optimizado gracias a dos nuevas herramientas: un estudio de riesgo del arbolado que delimita el tipo de poda para cada especie y árbol singular y el inventario de árboles que permite reponer especies y gestionar las condiciones de cada zona.
La concejala ha señalado que el plan de poda local continúa su “buena marcha” y se encuentra en su ecuador. Desde que se inició en el mes de noviembre, “hemos estado trabajando en todos los barrios de Jaén para realizar diversas actuaciones de poda, muy necesarias para el desarrollo natural de los árboles, evitando así daños y molestias a los ciudadanos y con el que se garantizan zonas de sombra en verano”.
Anualmente, y a través de FCC, se llevan a cabo diferentes actuaciones de poda que abarcan entre los 5.000 y 6.000 árboles de la ciudad y “cada año atendemos espacios diferentes o áreas donde se nos requiere nuestra presencia para dar cobertura a todo el arbolado repartido por la capital y sus zonas residenciales”. Esta labor también es posible “gracias a la poda gestionada y sostenible del arbolado urbano, lo que facilita realizarla en función de las características de árbol y de su ubicación”, ha añadido la concejala.
Este año los trabajos se han intensificado “debido a que el periodo de parada vegetativa se está acortando por el cambio climático y las altas temperaturas registradas a comienzos del otoño, lo que está llevando a realizar las mismas tareas pero en un periodo de tiempo más reducido”, ha explicado María del Carmen Angulo. Dichas labores se realizan por diversos motivos. Entre ellos, evitar el riesgo de caída de ramas -ya sea por causa natural o efectos climatológicos-, evitar las molestias que puedan ocasionar en viviendas o por la dificultad de visión en las luminarias o señales de tráfico, entre otros.
En algunas zonas, como calles estrechas debido a sus características, dichas actuaciones se realizan de forma anual como es el caso de las calles Santo Rostro, Madre Soledad Torres Acosta o Adarves Bajos cuyo arbolado requiere una intervención cada año para facilitar, por ejemplo, el paso de los autobuses y de otros vehículos de grandes dimensiones”, ha apuntado la concejala. Otros, en cambio, “apenas requieren labores de poda por las características propias del árbol y solo se realizan tareas de mantenimiento y vigilancia”.
El dispositivo está formado por cuatro equipos y tres plataformas que durante el periodo de parada vegetativa, de noviembre a marzo, trabajan de forma constante para abarcar todo el arbolado que requiere estas tareas de poda. Además, es “importante destacar el empleo de picadoras con las que se obtiene el picado, material que luego empleamos como cubiertas naturales de jardines y zonas verdes y gracias al cual se consigue mantener la humedad del terreno e impedir que salga la hierba”, ha indicado.